jueves, 24 de abril de 2014

Todo empezó un día, hace ya muchos meses.

Los meses eran cúmulos de días que se pasaban entre sonrisa falsa y risa forzada. En los que yo pensaba que el muro que separaba la realidad de lo que yo mostraba, se hacía más fuerte. Pero, no comprendí que, en realidad, tan solo eran sus últimos momentos de gloria. No comprendí que no podía mantener eternamente mi realidad oculta, que mi fuerza para retenerla era limitada, pero la suya era infinita. Por lo tanto, cuando el Telón de Acero comenzó a caer, no pude hacer otra cosa, más que quedarme observando. Dándome cuenta de todos los agujeros que había en el muro y de que, por tanto, la destrucción había sido cuestión de tiempo. Sintiéndome idiota al pesar que podía seguir así el resto de mi vida.

Entonces, llegó un día en el que me desperté sin ninguna motivación para salir de la cama. En el que estaba cansada de fingir que todo iba bien.
Llegó otro día en el que me levanté, pensando en todas las cosas que tenía que hacer, pero en el que no hice nada. Porque no encontraba la motivación para hacerlo.
Llegó un día en el que miraba a mi alrededor, pero no encontraba nada que me interesara.
Después, llegó un día en el que contemplar mi reflejo en el espejo, era peor que deslizarse una cuchilla por el brazo.
Llegó un día en el que sus voces se convirtieron en eco. En un fantasma de las pocas conversaciones superficiales del tipo "si estás mal es porque quieres". Fue el día en el que dejé de luchar contra el llanto, porque ya a nadie le importaba lo que hacía ni lo que sentía. En el que el dolor, las lágrimas y la sangre formaron un río que desembocaba en algún mar sin importancia.
Llegó un día en el que me desperté deseando no haberlo hecho. Y ese día se repitió en el siguiente y en el siguiente. De forma que todos eran copias del mismo doloroso día.
Hasta que llegó uno en el que ya no me desperté.

Por último llegó el día en el que todos se vistieron de negro, llorando en público todo lo que había llorado yo en privado. En el que pusieron orquídeas en un jarrón, ignorando que yo prefería los girasoles, los tulipanes y las rosas. En el que pusieron una pieza de Beethoven, a pesar de que yo prefería el Canon de Pachelbel.
Fue el día en el que todos fingían conocerme, pero solo cometían error tras error.
Fue el día en el que dijeron que no esperaban este final, a pesar de que yo lo iba gritando a voces.







viernes, 18 de abril de 2014

El paraíso huele a libros nuevos y a palomitas recién hechas.

Bueno, como ya sabéis desde hace unos meses he estado subiendo alguna que otra reseña de cine y de libros, pero últimamente estoy viendo y leyendo muchísimas obras y si subiera todas esas nuevas reseñas aquí siento que este blog cambiaría de orientación. Dejaría de utilizarlo únicamente para desahogarme y desarrollar mi vena creativa como escritora novata, para emplearlo también en aconsejar sobre cine y literatura. Quiero decir, que abarcaría demasiado para un solo blog, y ese no es mi deseo. Prefiero tener dos blogs especializados en su tema, que uno solo saturado.
Así pues he abierto este nuevo espacio en el cibermundo: Miles de historias paralelas
En este nuevo blog podréis leer reseñas de películas y libros, tanto recientes como antiguos, y también mi opinión sobre ellos, para que podáis escoger bien a la hora de elegir y así no perder vuestro tiempo.

Espero que os guste el nuevo blog tanto como a mí.

Así pues...QUE COMIENCEN LOS SEPTUAGÉSIMO CUARTOS JUEGOS DEL HAMB....digo, QUE COMIENCEN LAS RESEÑAS.


*Empezaré trasladando las reseñas que tengo en este blog,
 así que no os alarméis si las veis repetidas.*

¿Qué hay en el cine? - La Bella y la Bestia

Como estoy de vacaciones, aunque me han mandado cantidades inhumanas de trabajos, tengo más tiempo para ver películas e ir al cine. Así pues os hago las reseñas de todas las que he visto, con la esperanza de que os ayuden a elegir una buena peli y no perdáis vuestro tiempo.
Empezaré con una que vi nada más estrenarla, y que sinceramente me decepcionó bastante.

Título: La Bella y la Bestia
Título original: La Belle et la Bête
País: Francia
Duración: 112 min
Dirección: Christophe Gans 
Reparto: Léa Seydoux (Bella), Vincent Cassel (Bestia), André Dussollier (el padre de Bella), Eduardo Noriega (Perducas), Audrey Lamy (Anne), Myriam Charleins (Asrtid), Sara Giraudeau (Clotilde), Jonathan Demurger (Jean-Baptiste), Yvonne Catterfeld (la reina), Dejan Bucin (Louis), Nicolas Gob (Maxime), Louka Meliava (Tristan).
Género: Fantasía y romance.
Trailer: trailer muy bien resumido (ignorad el final del vídeo).
Sinopsis: Esta película trata sobre la versión francesa del cuento clásico de la Bella y la Bestia. En dicha película, una familia adinerada pierde todo su patrimonio y se ve forzada a alejarse de la ciudad para vivir una vida más modesta en el campo. Sin embargo, tras un tiempo viviendo allí, el padre recupera su riqueza y le pregunta a cada uno de sus hijos que es lo que más desea que le compre con su nueva fortuna. Así pues, el hombre vuelve a la ciudad para comprar todos los caprichos de sus hijos e hijas, que van desde vestidos hasta una hermosa rosa. Pero en el camino de vuelta tiene un accidente y encuentra un gran castillo en el que, al entrar, descubre que allí están todos y cada uno de los caprichos que sus hijos querían. El hombre los coge todos, y cuando va a salir del castillo, encuentra la rosa que quería su más humilde hija. Al arrancar la rosa, enfuerece al señor del castillo quien no es, nada más ni nada menos, que una horrible bestia. La bestia, enfadada con el humano le otorga un día para despedirse de su familia antes de convertirse en su prisionero. Sin embargo, cuando éste vuelve a casa, su humilde hija le encierra y acude ella misma al castillo con el objetivo de reemplazar a su padre.
De esta forma comienza una historia llena de misterio, magia y finalmente, amor.
Aspectos negativos: *atención spoilers*
-En mi opinión, Bestia parece más gato enfurruñado, que un horrible monstruo. No da miedo, da risa.
-La historia de amor ocurre demasiado deprisa. Y ni si quiera es amor, es necesidad. Él la necesita a ella para volver a ser como era antes. Yo lo vi algo así como: "oh mira, una mujer, justo lo que necesitaba. Apenas te conozco, pero ven, ámame, que quiero volver a ser humano."
-La trama entre Bella y Bestia parece que transcurre en dos días, lo que hace que la historia de amor sea mucho menos creíble.
-Después de tragarme la película, aún no sé el nombre de Bestia.

¿Me puede explicar alguien por qué un animal lleno de pelo necesita un abrigo de piel?
Calificación:
I don't like it.


domingo, 13 de abril de 2014

Soy libre, ya veis.

Siempre me ha gustado ir un poco contracorriente. No dejarme llevar por el estilo marcado, sino marcar un estilo propio. Hacer lo que me gusta, porque me gusta. Ponerme lo que me gusta, porque me gusta. Nada por moda. Nada para integrarme. Solo por amor propio.
Siempre he pensado que algún día encontraré a alguien que le guste tal y como soy. Con mis deportivos, mis vaqueros anchos y calentitos, mi cara sin maquillar y mi pelo sin recoger. Alguien a quien la estética le importe menos que a un ratón las ecuaciones.
Pero últimamente no dejo de pensar en que me estoy equivocando. No dejo de darle vueltas a que me estoy dando de frente contra un muro que no voy a ser capaz de derribar. Porque me empiezo a dar cuenta de que no existe nadie así.
No paran de repetir: "el físico atrae, pero la personalidad enamora". Y es cierto. Pero si el físico no atrae a las personas, si no les mueve a acercarse, ¿cómo se van a enamorar?
No paran de decirme: "es que eres muy dejada, si te pusieras maquillaje o te arreglaras más..." Pero es que yo no soy así. Entendedlo.
Todos a mi alrededor son iguales.
Maquillaje. Tacones. Y modelitos.
Todos a mi alrededor tienen a alguien.
Pero yo soy diferente.
Yo, no tengo ni he tenido a nadie.
He sido una estúpida por pensar que pudiera haber alguien se fijara en otra cosa que no fuera la ropa a la última y el maquillaje tapando las imperfecciones.

Odio perder muchas cosas por defender mis principios.
Pero odio aún más pensar que dichas pérdidas son más importantes que mis principios. 
Porque no es cierto. 
Mis principios. Mis valores. Mi identidad. 
Soy yo.
Y yo, no puedo ser doblegada.

No voy a rendirme

sábado, 5 de abril de 2014

El odio se convierte en bilis y lágrimas que solo soy capaz de tragar.

Odio sentir un día que me comeré el mundo, y al siguiente empezar a planear mil formas de suicidarme.
Odio haberme dado cuenta de que estoy rodeada de gente a la que le importo poco. O nada.
Odio esa sensación soledad que últimamente no se va de mi mente.
Odio tener que mentir a todo el mundo.
Odio que todo el mundo se trague mis mentiras.
Odio mirarme al espejo y no ver lo que me gustaría ver. Tan solo contemplar el error en el que me he convertido. El error que tal vez debería cambiar.
Odio el odio que veo en los ojos de mi reflejo.
Odio parecer una adolescente tonta, que se deprime por cosas tontas.
Odio no ser ni la más lista. Ni la más guapa. Ni la más divertida.
Odio no ser nada. Ni nadie.
Odio mi suerte. Mi carácter pesimista. Mis lágrimas nocturnas. Mis lágrimas diurnas.
Odio mi vida...






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