martes, 31 de diciembre de 2013

9...10...11...¡¿11?! ¡Pero si tenía 12! ¡Me falta una uva!

Fin de año...otra vez.
Todos los años igual. Cena a las 20:00. Haz tiempo hasta las 23:45. Pela las uvas deprisa y corriendo, porque sí, porque así es mas divertido. Se hacen las 23:55. ¡Uy, espera, voy al baño no vaya a ser que me entren ganas en la escasa fracción de tiempo en la que tardo en tomarme las uvas y no pueda comérmelas! Llegan las 23:58. Nervios. Llegan las 23:59. Más nervios. El reloj marca las 00:00. ¡Corre, que empieza! ¡Cuidado, que estos son los cuartos! ¡Rápido, escupid las uvas! Dolón. Dolón. ¡Ahora, sí, venga! Dolón. Dolón. Métete más uvas, que si no, no te da tiempo. Dolón. Dolón. Mastica lo necesario. Dolón. Dolón. Traga más deprisa. Dolón. Dolón. No paladees, engulle. Dolón ¡No me mires, que me entra la risa y me atraganto! Dolón. ¡FELIZ AÑO NUEVO! ¿Quééééé? ¡Pero si aún me quedan más de la mitad! ¡Si parece que tengo más que cuando empecé! Bueno, venga, ¡el año que viene me las tomaré todas, ya lo veréis! ¿Dónde he puesto el matasuegras? ¡¡Feliz año nuevo familia!! ¿Qué si quiero champagne? Bueno, pero poco que no me gusta, aunque como es tradición... ¡¿Y mi móvil?! ¡Tengo que felicitar el año a mis amigos! 
¿Qué hora es? ¡¿Las 00:30?! Sí, nosotros ya nos vamos. Sí, es que están cansados y tal...Que sí, que feliz año. ¿Qué se nos están acabando las vacaciones? ¡Pero mujer, eso no se dice! Ja, ja, ja. Venga, hasta mañana.
1:30. Será mejor que me acueste. Apaga la luz, que cada vez está más cara. Da una vuelta en la cama. Uff que frío. A ver si el otro lado está más caliente...Mierda, está aún más congelado. No puedo dormir. Abre los ojos. Piensa en los errores del 2013. Dolor. Una lágrima se ha escapado. Pues imagínate como serán los del 2014. Las cosas todavía pueden empeorar más. Mucho más. Otra vuelta en la cama. ¿Pero también pueden mejorar no? Venga, este va a ser un buen año. Estoy segura. Este va a ser mi año.

Siempre el mismo pensamiento para poder dormir. La misma falsa sensación para no hundirme aún más. Siempre es el nuevo año el año indicado, el bueno.
Pero nunca lo es.

***
¿Mi resumen del 2013? Bueno, ha sido sin ninguna duda un mal año. Pero no me malinterpretéis, no todo ha sido caos y desgracia, también han habido momentos buenos que estoy segura que nunca olvidaré. Es sólo que los malos momentos superan en número y en importancia a los buenos. Así pues, la balanza del 2013 se inclina hacia el lado malo, pues el bueno no pesa lo suficiente.

¿Agradecimientos por el 2013? A todo el mundo que ha estado conmigo. A los que empezaron el año conmigo, pero luego se perdieron por el camino. A los nuevos que entraron a mitad del recorrido. Y a los que estuvieron desde el principio hasta el fin, no siempre disponibles, pero siempre ahí.

¿Propósitos para el 2014? Pues como siempre... no tengo ninguno. :D

En fin, ha sido un año de mucha locura y aunque apenas he escrito, me he estado metiendo en este lugar a diario. Espero poder recuperar la inspiración y entreteneros con mis historias. 
Pero de momento, solo os puedo pedir que no os atragantéis con las uvas y desearos un feliz año nuevo.

Fotitos navideñas ^^ : 



domingo, 22 de diciembre de 2013

Siempre me ha parecido curiosa esa sensación que tienes cuando estás muy estresado por todo lo que debes hacer y sin embargo, mentalmente piensas en todo lo que harías si no tuvieras tanto ajetreo. Pero que después, cuando la calma regresa y vuelves a pensar en la lista de actividades que querías hacer en tu tiempo libre descubres que no quieres mover ni un dedo. Porque la pereza puede contigo, y encuentras más atractivo quedarte en la cama durmiendo, que despertarte temprano para ir a fotografiar la ciudad.
Y así pasan los días, sin cumplir ninguna, o casi ninguna de aquellas actividades, posponiéndolas para otro día, dejándolas para después ya que, al fin y al cabo, todavía quedan muchos días libres. Hasta que llega la fecha en el que el deber aparece. Es en ese momento en el que lamentas haber desperdiciado tu tiempo en esa triste cama, en vez de haberte levantado para encontrar una foto perfecta que ya nunca tendrás. Y te prometes a ti mismo que cuando regrese de nuevo la paz realizarás todo aquello que no hiciste. Te mientes. Lo sabes. Pero aún así te lo prometes.
De esta forma vuelve a comenzar el proceso. Una y otra vez. Año tras año. Envolviéndote en un bucle infinito. Del que no podrás escapar. Porque siempre hay una tarea más por hacer, siempre hay un deseo que se deja para el día siguiente ignorando que puede que no haya un mañana.
De la cama al sofá, del sofá al ordenador y del ordenador a la cama. Siempre la misma rutina que tanto odias, pero que aún con todo no tienes fuerzas para cambiar.
Y así pasa el tiempo, deseando aquello cuando no lo podemos tener y menospreciándolo cuando sí podemos tenerlo. Queriendo siempre lo imposible. Teniendo siempre esa sensación. Esa curiosa sensación.



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