miércoles, 29 de agosto de 2012

Son, como son.


Mucho tiempo atrás, mucha gente sabia, ha intentado descubrir porque estamos aquí. Porque en este extraño lugar. 

Todos se lo han preguntado.  ¿Por qué el mar es salado? ¿Por qué las nubes son blancas? ¿Por qué el atardecer es rojizo? ¿Por qué son las cosas como son?

Intentando averiguar el sentido de cada uno de nuestros sentimientos.

 ¿Por qué cuando sentimos amor, haríamos cualquier cosa por esa persona? Lo que sea, no importa. Lo harías.

¿Por qué cuando sentimos tristeza, solo queremos desaparecer? Irnos de aquí, o simplemente borrarlo todo. Y volver a empezar.

¿Por qué cada lágrima, siendo igual, tienen significados tan distintos? Quien se lamenta por una profunda tristeza, quien llora por una gran alegría...¿por qué?

¿Por qué sentimos el dolor y la tristeza, si al fin y al cabo son malas sensaciones? 

¿Por qué parece la felicidad tan inalcanzable? 

¿Por qué el esfuerzo no es recompensado? ¿Y la justicia tan inexistente?

¿Por qué? 

Miramos al cielo en busca de respuestas. Viendo tantos y tantos puntos luminosos, pensando en que solo somos un lugar, entre tantos otros. 

Somos tan insignificantes, y sin embargo, nos creemos tan importantes...

No importa lo mucho que investiguemos. Las cosas son, como son. Como siempre han sido, y serán hasta el final.

La vida es injusta, es extraña, es incomprensible. Y por mucho que lo intentemos no le encontraremos significado.

Es como explicar un olor, sin comprarlo con otro. 
Como definir un color, sin ayuda de otro. 
Como vivir sin sentir  amor.
 Es imposible.


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